Paul Auster
Editorial Anagrama
web: www.anagrama-ed.es
ISBN: 978-84-339-7829-5
Esta es la última obra de autor neoyorkino publicada en España, una obra escrita en un tono autobiográfico en las que se denota un alto en el camino ante lo que ha vivido y lo que va a empezar a vivir ahora y que el denomina el invierno de su vida.
En este autorretrato Paul Auster va pasando por los hechos que le han formado como persona, hachos que van desde sus juegos de baseball o una rotura osea de hombro a sus penurias en París o las cenas de navidad con la familia de su esposa; dentro de ese relato de su propia vida hay una parte que me ha parecido muy interesante y es en la que relata sus 21 residencias y lo que recuerda o le han marcado de ellas, 21 hogares con dirección y todo con todo lujo de detalles que para un avezado guía turístico podría casi podría usar para una ruta turística -a excepción por descontado de las residencias de París, de la costa Oeste o las veraniegas, aunque igual se podría hacer una ruta para ricos, jeje-.
A pesar de lo aparentemente deprimente que podría suponer entrar en el invierno de tu vida, Paul Auster está satisfecho de su vida, enamorado de su mujer, contento con su vida y las cosas por las que ha pasado, de toda la obra, las últimas páginas, prácticamente las últimas cincuenta páginas son sublimes; hay un pasaje de como describe un ballet sin música ensayando que es poesía pura, pero bueno, me estoy dejando llevar por la pasión y lo que me gusta este escritor. De poder decir algo a modo de resumen creo que diría que es un auto-psicoanálisis que se hace a si mismo, pasando por todos los asuntos importantes que nos encontramos o nos encontraremos en nuestra vida, llámese muerte de nuestro padres, nuestras bodas o divorcios, nuestras parejas o nuestro proyecto vital.
Obra muy intimista pero que es nuestra propia intimidad de la que habla, sólo que cambia el nombre del protagonista, si la juzgamos a la ligera pensaremos que es un lamento por lo que se ha ido pero yo creo que no es así, porque hay alegría por lo logrado y no se lamenta ni de las aventuras perdidas.
Que no se me olvide, no sabía yo que Lou Gehring había padecido ELA y que allí se la conoce por ese nombre.
Este jueves se hizo la presentación de la obra en la FNAC de Callao y estuve a un tris de ir pues apenas me quedaban páginas para acabarla pero no quise que se me borrase de la cabeza la imagen que tengo de este autor, creo que la imagen que tengo aguanta mejor los embates de la vida.
La lectura de esta obra te acerca a Paul Auster mejor que un café con él o unas cañas con una charla en un garito lleno de humo, en esta colección de recuerdos ves que no viaja solo a pesar del frío con la que se cierra el libro, que alguien va de su mano -que envidia me da, lo juro-; hay algunas escenas que me han emocionado hasta el tuétano y que os cito sólo por encima para que las disfrutéis con la lectura: su experiencia en colegio con alumnos de todos los colores y "formas", las cenas con su familia política, como ve y mira a su madre cuando es un crío, sus ataques de pánico, cuando escucha las voces de los soldados soviéticos enterrados en un campo de exterminio nazi, las 21 residencias, su primera experiencia sexual del verdad con una mujer, las relaciones con su padre o con su suegro y voy a parar porque al final voy a poner todo el libro, jeje.
Son sesenta y cinco años los que tiene Paul Auster y es consciente de hacia donde se dirige su "cuerpo" pero dudo que su mente entre en el invierno de su vida, aquí hay todavía mucho que cortar, muchos libros por escribir.
Por descontado que recomendada a los amantes del escritor de Brooklyn, pero sobre todo para los que como yo que cada día peinamos alguna cana más -eso de peinamos es una broma, algunos ni eso ya peinamos- y queremos ver que tenemos que estar satisfecho del camino que llevamos recorrido y del que aún nos queda por hacer.